Este libro aborda críticamente la cuestión de las Industrias Creativas y de la Economía Creativa, una moda que, con su inicio en Nueva Zelanda y sobre todo tras su relanzamiento en el Reino Unido de Tony Blair y de la tercera vía, ha generado una potente ola que ha alcanzado en pocos años a las principales instituciones europeas, e incluso a las agencias especializadas de la ONU como la UNCTAD o la UNESCO. Las Industrias Creativas y sus múltiples declinaciones (economía, ciudades, empresas, clusters, individuos
creativos) han arrasado en muchos casos, en Gobiernos, regiones y municipios, convirtiéndose en la enseña central de una nueva economía, en el componente vital de un nuevo modelo de crecimiento sin el cual no hay desarrollo futuro posible, ni en los países ricos ni en los subdesarrollados (los antes denominados como Tercer Mundo y ahora divididos a su vez entre emergentes y en desarrollo). Sus autores, investigadores seniors e internacionalmente reconocidos en el campo de la Cultura y la Comunicación desvelan así sus connotaciones nada inocentes, los intereses ideológicos, económicos y de poder que subyacen tras términos aparentemente transparentes y de sentido común, y las consecuencias e implicaciones de todo orden que arrastran las nuevas etiquetas: sobre la cultura y la economía, sobre las políticas culturales, sobre la cooperación internacional, sobre la diversidad y el derecho universal de acceso a la cultura
La Creatividad aparece finalmente como un arma que puede degradar la cara democrática de la Cultura, hasta sumergirla completamente en una sociedad de mercado. Sin embargo, esta obra va mucho más allá de ese debate, hasta desarrollar una reflexión sobre las transformaciones y los destinos de nuestra cultura industrializada, tanto en el mundo analógico como en sus derivaciones digitales.