El poeta francés Michel Seuphor, nacido en Amberes como Fernand Berckelaers, es uno de los grandes poetas en lengua francesa del siglo XX cuya valía y grandeza han quedado ocultas tras la cortina de papel couché de las prestigiosas editoriales donde se publicó toda su obra como dibujante y crítico de arte. Het Overzicht, una de las múltiples revistas que fundó y una de las más emblemáticas de la historia de la vanguardia, fue la única que cruzó la frontera de Bélgica y llegó hasta Moscú. Otra de sus revistas, la ya mítica Cercle et Carré ¬ ?que nació como contrapeso al surrealismo doctrinario de André Breton? dio cabida a un crisol de artistas de primera línea: Wasily Kandinsky, Piet Mondrian, Jean Arp, Sophie Taeuber-Arp, Kurt Schwitters, Le Corbusier... Seuphor era el único escritor del grupo y el único que conocía varios idiomas y servía de puente entre todos ellos, por lo que le apodaron como dolmetscher (intérprete). Toda la obra seuphoriana goza de un signo de independencia y de libertad que sus editores siempre supieron apreciar. Llevó una vida sin estridencias y atravesó todo el siglo XX con un bagaje tan honesto y personal como infrecuente. Le gustaba decir que él solo se pertenecía a sí mismo. Nunca se sometió a ningún credo ni se plegó a ninguna censura. Su búsqueda incesante de conocimiento le llevó a recorrer un larguísimo camino, poblado de diferentes y múltiples lenguas. La sólida formación clásica recibida en los jesuitas de Amberes convirtió al latín y al griego en sus compañeros inseparables. Tomó un ?atajo? por el chino y desembocó en el sánscrito con más de ochenta años ya. Todas estas lenguas las aprendió con pasión, a fondo, para aprehender el mundo sin intermediarios, para ?beber en las fuentes?, una de sus máximas. La lectura de las Upanisad cierra ese largo periplo de búsqueda que desemboca en lo Uno, cúspide de su poesía en Musique à Dhiananda, un diálogo muy íntimo y muy personal con el espíritu universal. El prestigioso crítico Robert Sabatier, escritor, poeta y miembro de la Academia Goncourt, afirmaba tajante, hace ya tres décadas, en su Histoire de la poésie française que Seuphor era el creador más dejado en el olvido, y ya entonces auguraba: ?Será sin lugar a dudas el más duradero y apuesto por su porvenir.?