Los personajes llegan, entran y salen del papel. Y a veces el escritor no puede hacer otra cosa que seguirles o buscarles. Ana Paz se apareció a Lygia Bojunga a toda prisa y tal como lo hizo, se esfumó. La escritora tendrá que buscar el rastro de su propia creación, y a lo mejor dar con ella no es tan fácil como pudiera parecer.