En este libro el autor prescinde de sus prejuicios y busca la belleza desde un criterio ajeno al suyo. Se olvida de sus asunciones, determinadas por los filtros comerciales de la maquinaria publicitaria, e intenta llegar al interior de la persona invitándola a ser hermosa, a mostrar su propia idea de belleza: la belleza que quiere proyectar en su entorno, en su barrio. La que quiere ser reflejada en los espejos de su casa.