Guión de la obra cinematográfica y teatral EL VIOLISNISTA EN EL TEJADO Tevie representa al judío sufrido y trabajador que habitaba en las aldeas de la Rusia zarista. Padre de familia sacrificado y comprensivo, recibe con paciencia los golpes de la adversidad, que va enhebrando en su vida desdicha tras desdicha, en una serie apenas interrumpida por algún que otro destello fugaz de buena suerte. Tevie se rebela y se resigna casi simultáneamente. Su rebelión es sólo filosófica, como su resignación. Habla y discute con Dios y con su caballo, salvando la comparación, e infiltra por fuerza, a presión, en su amargura, el conformismo teñido de ironía del que comprueba su impotencia para modificar la situación. Y destacándose sobre el fondo de sus desventuras familiares, patéticas o tragicómicas, la figura del judío ruso adquiere relieves extraordinarios y se evade del judaísmo y de la campiña rusa para simbolizar a los pobres de todas las creencias y de todas las latitudes que se vuelven contra las injusticias y la desigualdad.