La tragedia ática es una de las más poderosas construcciones humanas para intentar presentar y desvelar el enigma de fondo de la vida humana. El presente ensayo busca seguir abriendo nuevas vías interpretativas a raíz de otro asunto fundamental, ya que en dicha existencia también entra la vida de la ciudad democrática, repleta de enigmas y de conflictos. El género trágico siempre muestra al hombre ligado a la pólis, y, por eso, posee un eminente sentido político. Los conflictos que se representan en el teatro griego muchas veces están relacionados con asuntos profundos, o controversias públicas, de dicha democracia. Y es en dicho imaginario democrático donde se inscriben las tragedias griegas, consideradas como mitos democráticos. Las democracias precisan de razones, pero también de mitos democráticos. La tragedia puede funcionar, salvando las distancias y las diferencias históricas, como metáfora de un arte democrático.