El 22 de diciembre de 1216 fue confirmada la Orden de Predicadores o de Santo Domingo por el Papa Honorio III, que ya había sido aprobada en el año anterior por Inocencio III. Lo nuevos frailes debían poseer una fuerte preparación teológica y eclesial para predicar debidamente el Evangelio y orientar el comportamiento cristiano a tenor de las enseñanzas auténticas de Jesucristo. Se ofrecen en este volumen las actas de los capítulos provinciales de la provincia dominicana de España desde la primera que se conserva, de 1241, hasta las de 1518.