La familia de Milos es algo singular. Él y sus cuatro hermanos (todos de padres distintos) viven con su madre en París. Su madre llega muy tarde del trabajo, siempre cansada y odia cocinar. Por eso, y viendo que en casa de su amigo Arnold la hora de la comida resulta una auténtica fiesta, Milos decide tomar cartas en el asunto: él y su hermano Virgile serán los encargados de la alimentación doméstica a partir de ese momento.