¿Quién era en realidad Ursula Cohen, aquella mujer de mirada gélida? Y, sobre todo, ¿por qué todo el mundo la quería muerta? Hay muchas cosas que Ettore Benussi, comisario de la brigada de Trieste a punto de jubilarse, no puede soportar: los chavales que no sueltan el móvil, los edificios de los años 60 que deterioran el urbanismo triestino, el novio de su hija e, incluso, su prominente barriga (de hecho, acaba de empezar una dieta severa). Tampoco tolera los casos complicados y, menos aún, a esos dos inspectores jóvenes tan idealistas que trabajan con él: Valerio Gargiulo, y Electra Morin. Por eso, Benussi prefiere retirarse y escribir, entre un sorbo y otro de grappa, la historia de un comisario que se parece a Montalbano. Pero la muerte de la vieja Ursula Cohen interfiere en su tranquilidad. El caso, que apasiona a sus dos subalternos, se presenta confuso: la mujer resbaló y se ahogó. Pero, ¿qué hacía una señora de noventa años caminando por la orilla en una noche de viento?... Roberta De Falco nos sorprende por la elegancia y seguridad de su pluma en una primera novela tan bien construida como apasionante. A través de las calles de Trieste y de la mano de un nuevo e inolvidable personaje, el comisario Benussi, el lector se adentra en una historia al mejor estilo de Fred Vargas o Andrea Camilleri, una primera historia que, sin duda, nos apasionará desde el principio.