La obra de Beccaria no es un tratado de derecho penal sino una denuncia de la situación de atraso y barbarie en que se encontraban en los países europeos, rebasada ya la mitad del siglo XVIII, los métodos empleados para juzgar y castigar los delito. Puede decirse que se trata de la primera reflexión sobre los problemas básicos de la justicia penal desarrollada a partir de los postulados de la Ilustración, lo que permite considerarla obra fundacional del moderno derecho penal.