«Toda nación sufre momentos críticos que ponen a prueba la fortaleza y la nobleza de su alma». Para Rusia, uno de esos momentos se dio en las cercanías de Moscú el 7 de septiembre de 1812, clímax de la invasión napoleónica que precederá al desgarrador desenlace de esta tragedia, la terrible retirada francesa. La batalla de Borodinó, en la que participó más de un cuarto de millón de soldados y dejó tras de sí un campo sembrado de cadáveres, fue uno de los enfrentamientos de mayor envergadura del siglo XIX y uno de los más sangrientos de los anales de la historia militar. Resulta imposible subestimar su importancia en términos militares, políticos, sociales y culturales, por lo que sorprende que el lector occidental haya carecido de un análisis exhaustivo de esta batalla y del imprescindible punto de vista ruso. Hasta ahora. En este provocador nuevo estudio, el historiador napoleónico Alexander Mikaberidze reconsidera la campaña napoleónica de 1812 y vuelve a relatar la apasionante historia de la batalla de Borodinó, terrible y épica a partes iguales, en la que conjuga con espíritu crítico un abrumador compendio de fuentes francesas, alemanas, británicas y, por supuesto, rusas. Su original y minuciosa investigación proporciona al lector una nueva y fresca perspectiva de la batalla, así como una comprensión más amplia de las razones subyacentes para el eventual triunfo ruso en la campaña de 1812, el principio del fin del poderío napoleónico en Europa.