La proyección lingüística, educativa y cultural de un país en el exterior constituye un poder blando en relación a su impacto en otros países. Si bien esta actitud ha sido denostada por las actuales perspectivas teóricas postmodernas y postcoloniales, lo cierto es que la acción educativa de España en el exterior realiza una ingente y excelente labor de construcción de sociedades multiculturales y plurilingües, y de cooperación entre países, insustituible y reclamada por la era global en la que nos hallamos en el siglo XXI. La acción educativa de España en el exterior está articulada por un desarrollo normativo coherente y continuado conformado por aportaciones de los dos partidos políticos mayoritarios en nuestro país. Este patrimonio normativo está conformado por una regulación diversa que está sujeta al principio de jerarquía normativa y revela una doble naturaleza, general y específica, que ordena esta acción y sus tipologías institucionales específicas. A operar una revisión con detalle del espíritu y la teleología de la normativa que rige la acción educativa de España en el exterior apunta la presente obra.