Puesto que el pintor expresa sus esperanzas y deseos, su visión del hombre o la sociedad a través de un medio visual, la parte visual del cerebro es la que debe destilar las funciones atribuidas a las obras de arte, cualesquiera que sean. Al afrontar el problema del arte visual y la estética desde un punto de vista neurobiológico, es necesario plantear una definición amplia de las funciones del arte, definición que abarque todas, o al menos la mayoría, de las diferentes funciones que se atribuyen al arte. Creo que esta aproximación tendrá como resultado una definición de la función del arte muy similar a la función del cerebro: representar los elementos constantes, eternos y duraderos de objetos, superficies, rostros, situaciones, etc., y, por tanto, permitir que adquiramos conocimiento, no sólo del objeto concreto, del rostro o la condición representada en el lienzo, sino que también lo generalicemos a muchos otros objetos y, por tanto, adquiramos conocimiento de una amplia categoría de cosas, objetos o rostros.