La dificultad de un libro de Tecnología estriba esencialmente en la complejidad de su contenido y en el carácter que los autores deseen darle para que, cumpliendo su misión primordial -enseñar-, encuentre resonancia en la multiplicidad de concepciones de cada lector, pues el de un libro de Tecnología espera de él muchas cosas, casi todas demasiado concretas, para que encuentren cabida en un libro formativo. La idea que guía la estructura de este libro es el concepto de la Técnica como «creadora y ejecutora de los métodos que convierten en realidad los sueños de la fantasía» y, en consecuencia, el que todo libro técnico ha de ser tan rico en ideas y conceptos como parco en recetas y descripciones. Quédense éstas para el taller o la fábrica, a donde el técnico ha de ir a poner en práctica y experimentar los conocimientos básicos adquiridos en el estudio. Se pretende que este libro sea, principalmente, formativo y no informativo. Por eso, en la redacción de cada capítulo se analiza más que se describe el proceso para que el lector, en cada etapa, valore la influencia de los parámetros que intervienen en ella. Así, cuando se estudia la Laminación, por ejemplo, se profundiza más en el análisis del proceso térmico-mecánico del paso del material entre cilindros y se trata muy sucintamente la descripción -farragosa, para ser leída- de los trenes de laminación; pues, bien mirado, cilindro más o menos, no cambia la esencia del proceso. Lo mismo se podría decir de la tecnología de la colada, de los métodos de soldadura, etc. La obra cuenta con más de 500 problemas, resueltos y propuestos, con los cuales el lector puede ir fijando los conceptos teóricos expuestos.