Una mayor formación sobre finanzas permitiría al inversor desarrollar una actitud reflexiva, escéptica y crítica hacia las ofertas de inversiones y productos financieros. La historia financiera se repite desde hace siglos. Las prácticas abusivas son intemporales y no conocen fronteras geográficas. Afectan a las bolsas emergentes, pero también a los mercados desarrollados, donde supuestamente los inversores tienen más experiencia y formación. No parece existir un efecto aprendizaje duradero en la cultura colectiva del inversor. Han pasado más de trescientos años desde que José de la Vega advirtiera en su Confusión de confusiones de las tramas bursátiles urdidas en la Bolsa de Ámsterdam. Algunas de esas prácticas (la difusión de falsos rumores y la manipulación de las acciones, entre otras) han perdurado hasta nuestros días e incluso se han extendido en la era de Internet, al favorecer el anonimato y la difusión global de la información financiera. Si desea reforzar su cultura financiera como inversor, en esta obra se describe de forma detallada un conjunto de prácticas fraudulentas, engaños, manipulaciones o fraudes relacionados con el sistema financiero que le pueden evitar caer en las redes del pícaro. Con tal propósito, se reseña un amplio espectro de estafas, engaños, manipulaciones o conflictos de intereses que, si no son advertidos a tiempo, podrían afectar seriamente al patrimonio del inversor. Una mejor educación financiera del inversor es, sin duda, el mejor antídoto contra el fraude bursátil y financiero.