En el nuevo escenario económico del siglo XXI, caracterizado por la globalización y por los drásticos cambios producidos en la transición hacia la Sociedad de la Información, las empresas deben poner todo su empeño en la mejora de su competitividad a nivel internacional, con una clara apuesta por la innovación y por el uso de las nuevas tecnologías, como factores clave para garantizar su supervivencia en mercados cada vez más exigentes y competitivos.En un entorno socioeconómico y tecnológico tan cambiante, la habilidad de innovar y de poder identificar rápidamente nuevos mercados y nuevas necesidades que satisfacer se transforma en una ventaja competitiva más importante que el propio tamaño, los recursos disponibles o la historia de una organización.Por lo tanto, hoy en día, la apuesta por las actividades de innovación se configura como un elemento estratégico no sólo en la gestión empresarial, sino también a la hora de definir e implantar las políticas públicas de apoyo al desarrollo económico