Nacido en Finlandia, Eero Saarinen (1910-1961) emigró a los Estados Unidos en 1923, cuando tenía 13 años. Creció en Bloomfield Hills, Michigan, donde estudió escultura y diseño de muebles. Allí estableció una estrecha relación con sus compañeros Charles y Ray Eames, y también se convirtió en un buen amigo de Florence Knoll (entonces Schust). Criticadoen su tiempo por no tener un estilo identificable, Saarinen desarrolló una notable producción, que dependía de colores, formas y materiales. Sus diseños parten de estructuras innovadores y formas esculturales sin dejar de lado las consideraciones pragmáticas. Algunos de sus proyectos, que pivotan libremente entreel estilo internacional y el expresionismo, utilizando un vocabulario de formas curvas y en voladizo, se convirtieron, a lo largo del siglo XX, en iconos del diseño de muebles. Cuando un interior está realmente logrado, las compensaciones por todo el esfuerzo son tremendas. La claridad y serenidad de un buen interior transmiten un sentimiento de firmeza totalmente maravilloso con el que afrontar nuestro confuso y complicado mundo. El hecho de conseguir esta atmósfera con la tecnología y las formas de nuestro propio tiempo añade más satisfacción. [?] Especialmente en un mundo de estandarización tanto de objetos como de personas, esta expresión clara y coherente de la propia individualidad es una meta ineludible. Eero Saarinen