Referirse al liberalismo y al antiliberalismo para comprender aquello que aconteció en el corazón de la Monarquía Hispánica a partir de 1808 no supone a día de hoy, tal vez, ninguna novedad. Sin embargo, aplicarlo también a los territorios hispanoamericanos de la misma, parece todavía una provocación. Los procesos históricos que propiciaron la salida de los territorios americanos de la soberanía del monarca español y su configuración en estados-naciones independientes tuvieron lugar en un contexto revolucionario y de crisis imperial donde liberalismo y Constitución, construyeron una genealogía específica a ambos lado del Atlántico. El sustrato ideológico y cultural de estas revoluciones, tanto en la Península como en América, fue fácilmente reconocible en las manifestaciones de la tardoilustración y en la mayoría de los proyectos reformistas de la monarquía borbónica. El momento histórico fue crucial, no solo para los actores contemporáneos sino también para los historiadores, ya que abría un amplio abanico de posibilidades para un presente en crisis y un futuro nada evidente. El triunfo del constitucionalismo liberal no parecía teleológico y las fuerzas de la reacción bregaron para resistirse llenando de incertidumbre el desenlace del proceso. En este libro se recogen algunas de las experiencias, de los discursos, de las prácticas políticas y se recorren biografías que muestran que entre las últimas décadas del siglo xviii y las primeras del siglo xix, en los territorios de la monarquía hispánica, todo pareció posible.