Paul Gauguin (1848-1903) es uno de los artistas más importantes de finales del siglo XIX cuya obra influyó profundamente en el desarrollo del arte del siglo XX. Comenzó como impresionista, contribuyendo con excepcionales piezas en cinco de las ocho exposiciones que el movimiento organizó entre 1879 y 1886. En su constante búsqueda de la originalidad prístina y la naturaleza no adulterada, su obra evolucionó hacia un estilo de máxima expresividad a través del color.David Sweetman y John Richardson sus principales biógrafos- resaltan que las retrospectivas póstumas de Gauguin realizadas en el Salón de Otoño en París en 1903 y la de mayor envergadura acontecida en 1906, fueron un revulsivo para la vanguardia francesa y en particular para Picasso. Él siempre admitió la influencia de Gauguin en su interés por el primitivismo, nos recuerda Richardson.Esta concisa monografía recoge las obras más importantes de Paul Gauguin, no sólo sus paisajes de Tahití, donde el artista intentaba reconstruir la vida idílica inexistente en la realidad, sino también un conjunto de obras imprescindibles que reflejan la proximidad del artista a otros maestros de la modernidad como Van Gogh y Cézanne.