Cuando le preguntaron a quién consideraba una influencia importante en su arte, Picasso mencionó sólo a Francisco de Goya (1746-1828). Pero el formidable alcance de esta influencia ha llegado a multitud de pintores modernos y contemporáneos, como Manet, el movimiento expresionista de comienzos del siglo XX y, más recientemente, Francis Bacon y Sigmar Polke. Como pintor de la corte española, Goya ejecutó una serie de cartones para tapices, pinturas murales y retratos tanto individuales como de grupo. Pero, tras la grave enfermedad contraída a finales de 1792, el artista inicia por cuenta propia un notorio conjunto de obras donde introduce nuevos elementos que aumentan sustancialmente su capacidad expresiva. Este libro, escrito por José Gudiol, uno de los especialistas en pintura española más renombrados, se centra en la imaginería profundamente turbadora de Goya y demuestra que su modernidad es producto de una perpetua investigación de todo aquello que subyace en el mundo de las apariencias y los convencionalismos.