A primera vista, la lectura constituye un gesto simple; tras un examen más atento, se revela como un acto muy complejo. Este libro examina la teoría altomoderna de la lectura y la reflexión sobre ella en entornos radicalmente ajenos en muchos aspectos al pensamiento moderno, a nuestras categorías de percepción y a nuestros modos de entender la textualidad. Estudia cómo la cultura renacentista describe sus propias prácticas lectoras, cómo se refiere a ellas y en qué contexto las sitúa, y cómo preceptúa las fórmulas legítimas de leer e interpretar los textos.