El mandala es un dibujo esquemático que suele constar de un centro y cuatro puntos cardinales que se proyectan en forma de flor, estrella o círculo y que representan la igualdad simétrica entre el todo y nuestro propio ser. Es un camino hacia el interior que puede ser iluminado con objetos simétricos para colorear, en una actividad creadora de armonía externa e interna que amplía la actividad mental y relaja el sistema nervioso.