Las políticas sociales pueden ser un instrumento clave en los procesos de integración social de los inmigrantes o generar procesos importantes de segmentación y diferenciación social. En esto no sólo cuentan los aspectos culturales de su acción (los elementos de identidad, o la gestión de la diversidad cultural que aparecen en el sistema educativo, por ejemplo) sino, muy especialmente, los aspectos más materiales de la integración social (reducción de las desigualdades, mejora de las condiciones de vida, reconocimiento de derechos sociales,
). Por ello, la intensificación de los flujos migratorios suponen un auténtico reto para las políticas sociales (aumento de las demandas, adecuación a las nuevas necesidades,
) y al tiempo abren una interesante oportunidad para su desarrollo (rejuvenecimiento de la población, revitalización del mercado de trabajo, aumento de las contribuciones sociales,
). Este juego de retos y oportunidades se articula sin embargo de formas muy distintas de acuerdo a la lógica implícita en cada sistema migratorio: mientras puede suponer un cuestionamiento del Estado de Bienestar por un lado (en ciertos países del norte de Europa), también puede estar poniendo las bases para su sostenibilidad económica y demográfica por el otro (en el sur de Europa). En el debate que se presenta en este libro hemos querido presentar ese abanico de opciones para las políticas sociales en relación con el fenómeno migratorio. Por ello nos hemos fijado en las opiniones de la ciudadanía frente a la inmigración y a las políticas sociales dirigidas a los inmigrantes, así como en los procesos de discriminación étnica que se desarrollan y en las políticas existentes para afrontarlos. Hemos dedicado una atención preferente a la educación como sistema en el que confluyen a la vez los elementos simbólicos y materiales de la integración, la identidad y la formación. Hemos defendido la necesidad de incorporar la perspectiva de género como un elemento clave para el diseño de las políticas de acción social y la conveniencia de articular la acción de los diversos niveles institucionales. Todos ellos son temas diversos de un debate abierto que la sociedad europea y la española muy especialmente, deberá abordar el los próximos años si se quiere superar los límites del modelo de integración social de los inmigrantes en España. Posiblemente la crisis pondrá más de relieve hasta donde llegan esos límites y la forma en la que se aborden marcará muy significativamente las características de la sociedad española en el futuro.