La conyugalidad es un hecho nuevo. Una aportación feliz de los cambios culturales y de la dinámica interna de la evolución. Hombre y mujer pueden vivir hoy como pareja de una manera bien distinta a como lo hicieron hasta ahora. Hasta estos tiempos habrán existido matrimonios muy buenos, incluso admirables, pero la forma de concebir la convivencia en esa situación de desnivel no puede ni parecerse a las posibilidades que una pareja tiene hoy.