Sería raro que Fabrice Hadjadj haya leído a fondo a Luis Cernuda, tan adusto, pero en este nuevo libro ha seguido a rajatabla el consejo del sevillano: Cultiva lo que te critican; eso eres tú. Si a Hadjadj se le ha afeado su histriónico sentido del humor y que sea capaz de salirse de un exquisito argumento para contar un chiste o para hacer la acrobacia de otro juego de palabras, en este libro insiste. De hecho, todo el tomo es una broma, si se entiende bien.