Egeria es una figura histórica y misteriosa. Apenas se sabe nada de ella, excepto que realizó ese viaje del que quedan algunos fragmentos del diario que escribió a sus compañeras de Gallaecia. Ana Muncharaz reconstruye magistralmente ese itinerario, poniéndola en contacto con las grandes figuras del cristianismo de la época: el Papa Dámaso, Jerónimo, Gregorio de Nacianzo, Juan Casiano, los anacoretas de Egipto.