La invención del telégrafo da comienzo a la revolución electrónica con la transformación de la cultura, valores y actitudes que supone. Esto engendra una pérdida de identidad que sólo puede aliviarse mediante el conocimiento consciente de su dinámica. El 24 de noviembre de 1963, por primera vez en la historia, más de doscientos millones de personas se convirtieron en testigos oculares de un crimen, hecho traumático para esos seres anónimos. Las nuevas técnicas amenazan con desbordar los saberes científicos de los hombres que trepidan en la brusca aceleración de la Historia. Por eso hemos seguido la evolución del pensamiento político desde el alborear del Estado moderno en el siglo XVI hasta nuestros días, teniendo en cuenta los comportamientos sociales en relación con los medios de comunicación.