DURANTE SUS PRIMEROS años de existencia la Compañía de Jesús fue atacada dentro de la Iglesia desde diversos frentes. Los superiores encargaron al gran teólogo Francisco Suárez una defensa de la orden de San Ignacio. Parte de ella son los capítulos que dedica a justificar los Ejercicios Espirituales. Son los que se traducen aquí y se ofrecen en versión bilingüe (latino-castellana) anotada. Se trata, pues, de una apología de los Ejercicios hecha en un tiempo muy cercano a su redacción, lo que concede gran autoridad a su interpretación. Es, de otro lado, obra de un teólogo de una valía indiscutible. Y, por último, el texto no es de fácil acceso, ya sea por su lengua, ya sea porque las obras de Suárez no están hoy al alcande de cualquiera. Son las tres razones de peso que avalan la presente edición.