¿Es posible hablar de Dios?. ¿Sigue siendo necesario hacerlo?. En 1956, Daniélou se hacía estas preguntas, cuya pertinencia no ha hecho sino crecer. Se puede, se debe hablar de Dios, porque el mismo Dios nos ha hablado. Ésta es la tesis mantenida por el autor que pretende ayudar a quienes buscan a Dios a tientas y guiar a un mejor conocimiento a quienes ya lo conocen.