Frente a la hegemonía de Hollywood en el mercado mundial del cine y del audiovisual, varios estados y la Unión Europea optaron por subvencionar su industria cinematográfica o imponer cuotas a sus canales de televisión. En 1993, el gobierno estadounidense exigió la abolición de esas medidas, que consideraba perjudiciales para la libre competencia. De ese conflicto nació la fórmula «excepción cultural», que dio lugar a muchas contradicciones, y posteriormente la expresión «diversidad cultural». ¿Las políticas públicas que tendían a sostener las industrias nacionales del cine y del audiovisual fueron las mismas en todos los países? ¿Cómo tuvo lugar la confrontación de 1993 y cuáles fueron sus consecuencias? ¿Cuáles fueron los argumentos a favor y en contra de las medidas de apoyo a las industrias culturales? Y, hoy en día, ¿cómo se presenta el futuro? ¿Los partidarios del comercio libre a toda costa volverán a pasar a la ofensiva? Y, en último lugar, ¿qué podemos decir del proyecto de la UNESCO que tiende a promover la diversidad cultural a escala mundial?