¿Es posible acabar con el sinhogarismo? ¿Podemos imaginar un futuro sin que nadie viva en la calle? ¿Qué pueden hacer las administraciones públicas para ello? Este libro sitúa el sinhogarismo en un escenario de reestructuración del Estado de bienestar y su impacto en las políticas de vivienda social. En Europa, los modelos tradicionales de atención a las personas sin hogar basados en alojamientos provisionales de urgencia han servido para gestionar el sinhogarismo, pero no para erradicarlo. Los nuevos modelos basados en la prevención y la vivienda como eje principal para la intervención, se han evidenciado más efectivos para reducir los niveles de sinhogarismo. El problema radica en que mientras se identifica la vivienda social como un elemento clave para salir de los procesos de sinhogarismo, las políticas de los Estados miembro de la UE no la están fomentando, sino que están reduciendo su peso respecto al stock total del parque de vivienda y limitando el acceso a ciertas situaciones de sinhogarismo. La atención a las personas sin hogar debe centrarse en la actualidad, además de, mediante la proporción de una vivienda asequible, a través de una seguridad en la tenencia, estabilidad en el tiempo, adecuación en la habitabilidad y servicios de apoyo flexible y adaptado a las necesidades de las personas.