El gobierno de lo educativo y de cada centro escolar se está modificando de manera profunda y acelerada. Ante las preguntas fundamentales: ¿qué es una buena escuela?, y ¿cómo debería gobernarse un centro educativo para convertirse en una buena escuela o un buen instituto para todo el alumnado, para los docentes y para las familias?, las respuestas que se imponen en los últimos años vienen dadas por los modelos neoliberal y/o neoconservador. Hoy, el foco de atención del gobierno de lo educativo parece estar centrado exclusivamente en el cómo (cómo evaluar, cómo mejorar resultados, cómo liderar una escuela...), dando por descontado que alguien ya ha respondido por nosotros a las preguntas políticas de la educación. Ante este escenario que se (re)contextualiza de manera diferente en cada país, creemos que aquello que puede articular las alternativas de transformación de la educación y de la escolaridad es una concepción y una práctica democrática y de lo común de la escuela, del sistema educativo y de su gobierno. Desde esta perspectiva se organizó el Seminario Internacional sobre "Gobernanza escolar democrática", los resultados del cual recoge el presente libro. Por su génesis, naturaleza y orientación, este libro pretende ser un libro-herramienta, un instrumento a ser experimentado y utilizado en el trabajo cotidiano de construir una gobernanza de lo educativo y de lo escolar alternativa al status quo actual. No pretende (sólo) comprender más y mejor lo que ocurre sino, sobre todo, convertirse en un destornillador para aflojar y cuestionar las potentes tuercas de la racionalidad neoliberal que produce los discursos, los textos, las políticas, las identidades y las formas actuales de gobierno de lo educativo y de lo escolar. A tal fin, las aportaciones de Stephen J. Ball, Antonio Viñao, Joan Subirats, Andrew Wilkins, Jordi Feu y Núria Simó nos parecen altamente útiles. Es el momento, en palabras de Stephen Ball, de volver a lo fundamental (Back to basics). Es decir, en contra del firme sentido común del mercado, los estándares y la maximización de los resultados, es necesario pensar democráticamente sobre cuáles son los propósitos comunes de la educación. Y, simultáneamente, plantear las preguntas clave sobre el qué, el quién y el cómo del gobierno de lo educativo y de cada centro escolar.