Antes de iniciar su trayectoria como historiador profesional, Gayo Salustio Crispo (86 a. C. - 35 a. C.) tuvo una intensa carrera política que se desarrolló durante la parte final de la era republicana de la historia de Roma y en la que se mostró contrario a la aristocracia que ejercía el poder desde el senado. Protegido de Julio César, a la muerte de éste Salustio se retiró de la política y se volcó en la escritura de monografías históricas sobre hechos cercanos a él en el tiempo con un rigor y una sobriedad que ya causaron admiración entre sus contemporáneos. En la Conjuración de Catilina, Salustio aborda desde una perspectiva muy diferente a la de Cicerón uno de los episodios más famosos de la última etapa de la República romana: el intento de golpe de Estado orquestado por Catilina, una de las figuras más intrigantes de ese período. Salustio despliega toda su habilidad narrativa y su saber retórico para dibujar un relato bien estructurado, complementado con discursos de los protagonistas y pertinentes digresiones morales que enriquecen y realzan el conjunto de la obra.