Esta obra de Léon Poliakov, publicada a los seis años del final de la Segunda Guerra Mundial, puede considerarse acta fundacional de lo que hoy conocemos como estudios sobre el Holocausto. Poliakov analiza los orígenes ideológicos y sociales del antisemitismo nacionalsocialista acudiendo a los archivos del Tercer Reich y a los testigos directos de la barbarie.