H. Urs von Balthasar teólogo y escritor mundialmente reconocido llama "Puntos centrales de la fe" a los trabajos que alberga este volumen de la BAC, porque todos ellos apuntan a lo esencial de la verdad cristiana desde enfoques y ángulos muy diferentes. No pretende el autor encerrar la riqueza de la fe en una sistematización transparente y exhaustiva. Estas páginas, por lo tanto, no contienen una dogmática plenamente elaborada o una moral cristiana completa, sino una reflexión esclarecedora y existencialmente estimulante sobre las verdades fundamentales de nuestra fe, llevada a cabo desde la ribera de nuestro tiempo, con la intención de responder a las urgencias del momento eclesial presente, y subrayando en cada una de las cuestiones planteadas la auténtica peculiaridad cristiana, contra todo reduccionismo y simplificación empobrecedores. En la primera parte aborda el autor el concepto de catolicidad de la Iglesia, como apertura radicada en el Absoluto desde el corazón de la Cruz y de la Resurrección. El catolicismo, concluye Urs von Balthasar, se halla doquiera la Iglesia es Cuerpo santo de Cristo, dócil a todas las indicaciones de su Cabeza. La segunda parte nos introduce de lleno en el misterio insondable de Jesús, Palabra del Padre que se hizo carne y, por ello, fundamento del «admirable intercambio» entre Dios y el hombre, que culmina en el momento de la Cruz. A este momento se ordena la Eucaristía, actualidad permanente en todos los tiempos del único e irrepetible sacrificio de Cristo. Y junto al sacrificio del Hijo, el incomparable sacrificio de María, figura ideal de la Iglesia. En la tercera parte, al tratar de las consecuencias que las verdades expuestas tienen para la vida del creyente, toca el autor unos cuantos puntos centra-les de la moral cristiana, que en nuestros días revisten especial vigencia: el Evangelio como norma y criterio de toda espiritualidad, el tema de la dignidad de la mujer, el carácter específico de la mística cristiana y, por último, la conexión íntima entre martirio (testimonio) y misión, que constituye la ley del seguimiento de Cristo. «El testigo de la fe que cumple auténticamente su misión -nos dice Urs von Balthasar hacia el final de la obra- será más eficaz que centenares de misioneros profesionales diluidos en la rutina».