Macro y Cato deben trasladarse a Egipto para enfrentarse de nuevo a su viejo enemigo Áyax, quien con su ejército de exesclavos y gladiadores se ha convertido en una pesadilla para los navegantes y los pueblos costeros egipcios. Además, las tropas nubias no dejan de acosar las fronteras del Imperio, y todo ello está socavando la autoridad de Roma. En cualquier momento puede estallar la revuelta, pues el país se ha convertido en el granero de un Imperio que parece insaciable, y la presión fiscal puede resultar finalmente insoportable para el pueblo egipcio. Aun así, Roma apenas dispone de tropas desplegadas en tan inmenso territorio para proteger sus intereses. El hecho de que al frente de una de ellas se encuentren Macro y Cato es garantía de aventuras, riesgo y mucha diversión. Pero el desenlace es, como siempre, imprevisible.