El mandala es un dibujo de un disco o círculo que encierra en sí mismo el origen, el centro y el universo simbólico, una visión protectora que otorga serenidad y paz espiritual. Dar color a los patrones de línea negra, bien sea partiendo de nuestra imaginación, o siguiendo las pautas que se ofrecen, es una tarea que mejora la capacidad de atención, concentrando toda la energía en un solo punto y convirtiéndose en el arte de la meditación más sencilla.