Víctor Manuel y su madre viajan a Chile, donde tienen que entregar una misteriosa caja a un sacerdote que vive allá desde hace muchos años y no puede desplazarse hasta España. En este viaje, jalonado de tentadoras invitaciones a abrir la caja, se cruzan seres variopintos que comparten, sin embargo, un lenguaje común: el de los afectos.