El interés de Charles Dickens (1812 - 1870) por lo gótico permaneció vivo a lo largo de su vida y, a pesar de que ha sido considerado tradicionalmente como un escritor realista, en los últimos tiempos se reconoce la importancia de los elementos macabros y sobrenaturales en su obra, en la cual se lleva hacia un mayor grado de sofisticación el retrato de la mente criminal, iluminando con ello aspectos hasta entonces no desvelados de la ficción. El crimen y los criminales, en cuanto que aberración de la conducta -no como problema judicial- siempre fascinaron a Dickens, como se puede apreciar en El manuscrito de un loco y Una confesión encontrada en una prisión de la época de Carlos II, incluidos en el presente volumen. Gran parte de los cuentos de fantasmas de Dickens están intercalados en sus novelas y son referidos por algún personaje inmerso en la trama; otros fueron publicados en Navidad, siguiendo la tradición victoriana de ocupar la velada de Nochebuena escuchando y contando historias de terror y de aparecidos. En todas ellas Dickens hace cómplice al lector, le sienta al amor de un buen fuego, y le hace beber de las fuentes del auténtico relato de tradición oral.