La vida del joven Peter transcurre de forma tranquila, excepto cuando tiene que soportar las locuras infantiles de su inquieto hermano pequeño, hasta que se entera de algunos cambios que se avecinan: tendrán que trasladarse de ciudad y esperan un nuevo hermano. La autora propone la solución del cariño y la comprensión como única fórmula para superar la nueva situación familiar.