Lawrence de Arabia es la adaptación nada complaciente de un personaje complejo; la visión arriesgada del mito al mostrar cómo tiene pies de barro y puede transformarse en antihéroe, sin perder por ello un ápice de su fascinante atractivo. Pero sobre todo es el punto álgido de la carrera de su director donde lograría convertir una superproducción rodada en 70 mm. en un espectáculo de aventuras de primer orden y en el estudio intimista y turbador de un personaje en constante lucha consigo mismo. Una lección de concisión narrativa, de cómo contar una historia con medios puramente visuales y de conseguir que esas imágenes tengan un claro sello propio.