Poco es lo que sabemos del autor de una de las más extraordinarias y bien escritas obras devocionales de todos los tiempos: la famosa Escala espiritual. Cosa nada sorprendente si tenemos en cuenta que pasó la mayor parte de su vida en el desierto, rehuyendo fama y reconocimiento humano. Su primer «biógrafo», un monje llamado Daniel, ignoraba incluso su lugar de nacimiento o el lugar en que se crió antes de ingresar en la vida religiosa. Se le conoce por Clímaco en honor al título original de su obra «Escala», Klímax, en griego. Cuando tenía diecisiete años entró a formar parte de la comunidad religiosa del monasterio de Santa Catalina, fundado poco antes en el monte Sinaí. Allí vivió diecinueve años, siendo para todos ejemplo de obediencia. Al morir su maestro espiritual se marchó al desierto, construyéndose una choza a cinco millas del monasterio, en un lugar llamado Tolas. Habitó en ella cuarenta años con gran entusiasmo y alegría de corazón, gozoso siempre, inflamado por el fuego del amor de Dios. Dormía sólo lo necesario para guardar la integridad del entendimiento, de manera que no perdiese las fuerzas, la visión ni la conciencia por el exceso de las vigilias. Oraba durante horas antes de acostarse. Escribía libros para alejar de sí la tibieza. Todo su afán era el amor incomparable del Señor viviendo en continua comunión con Él. A petición del abad del monasterio de Raitu, situado a orillas del mar Rojo, escribió en griego su Klímax tou Paradeison o Escala al Paraíso, conocida actualmente como Escala Espiritual, traducida al siriaco en el siglo VII, al árabe y eslavo en el siglo X, al latín en el siglo XII y al español en el siglo XVI, traducción publicada en México antes de 1540, a la que corresponde el honor de ser el primer libro impreso en América. Posteriormente escribió Peri tou poimene o El libro del Pastor. Este volumen de la Colección Grandes Autores de la Fe incluye ambas obras: •Escala al Paraíso explica en treinta capítulos -en justa correspondencia a los años de la edad de Jesús cuando inició su ministerio público- llamados “escalones” el camino de progreso ascendente a seguir por todo creyente que desea mayor santidad. Así, partiendo de la renuncia, va describiendo uno a uno todos los retos a superar, desde los más abstractos, obediencia, mansedumbre, rencor, a los de carácter más práctico, como son la pereza, la glotonería, la mentira, la avaricia y la maledicencia. •El libro del Pastor, como su nombre indica, es una breve recopilación alegórica de consejos prácticos dirigidos a los pastores y líderes de almas, con el propósito de instruirles y mostrarles que «el verdadero pastor es aquel que, por su bondad, su celo y su oración, es capaz de buscar y de volver al buen camino las ovejas perdidas».