Una antropóloga forense busca la verdad en las fosas comunes de Ruanda, Bosnia, Croacia y Kosovo.Para juzgar los genocidios y crímenes contra la humanidad, Naciones Unidas necesita probar que los restos encontrados tras los conflictos pertenecen a civiles. Para ello, los antropólogos forenses deben averiguar quiénes eran las víctimas y cómo murieron. En 1996, Clea Koff estaba haciendo el doctorado en la Universidad de Berkeley (California) cuando cambió los esqueletos prehistóricos por los muertos de Ruanda. Mientras investigaba los sucesos que impactaban al mundo durante los años siguientes, la joven estudiante horrorizada se convirtió en una veterana sabia y fuerte que el tribunal de La Haya ya ha enviado a siete misiones. En estas páginas, Clea nos convierte en testigos de sus reacciones, su entorno, los detalles fascinantes, las infames condiciones de trabajo, la crueldad de la burocracia, el dolor de los supervivientes, sus motivos para dedicarse a algo tan duro... Los quinientos cuerpos que exhuma de una sola tumba en Ruanda, las muñecas atadas con alambre de las víctimas de la masacre bosnia de Srebrenica, el rostro de un abuelo kosovar que observa en silencio el levantamiento del cadáver de su nieto, son imágenes para no olvidar que Clea comparte con nosotros desde su infinito sentido de esperanza y justicia. Los huesos nos hablan. Clea nos enseña su lenguaje.