Es, junto a Drazen Petrovic, el más grande de todos los mitos del baloncesto europeo. Hoy resulta imposible saber lo que hubiese sido de la carrera deportiva de Arvydas Sabonis si no hubiese sido víctima de múltiples lesiones. Porque Sabonis lo tenía todo para triunfar: altura, fundamentos, tiro... Llegó tarde a algunas citas: le costó dar el salto de su país al baloncesto europeo (Fórum, Real Madrid). Y también a la NBA, por las muchas dudas que planteaba su estado físico, pero tuvo una excelente trayectoria y dejó una huella imborrable en los Portland Trail Blazers, donde todavía se preguntan dónde hubiera estado el techo del gigante lituano.