En la vejez, en la enfermedad y en los casos de dependencia, la figura del cuidador se ha convertido en una pieza necesaria y fundamental. Por elección o por obligación, la mayoría de nosotros seremos cuidadores en algún momento de nuestra vida y conviene estar preparados para ello.En palabras de Vicente Prieto, director de Clínica del Centro de Psicología Álava Reyes, la clave es cuidar al otro sin dejar de cuidarse uno mismo. No debemos renunciar a nuestra vida, ni sentirnos culpables ni perder nuestra autoestima. Por el contrario, hemos de saber priorizar, evitar el desgaste emocional, pedir ayuda cuando el agotamiento nos invada y, por supuesto, comunicarnos de manera positiva con la persona a la que cuidamos. Con el relato de numerosos casos clínicos y una sorprendente capacidad para transmitir pautas concretas de actuación, el autor de La soledad del cuidador nos enseña a mantener una actitud de apoyo y serenidad.