A veces, en las novelas de género– en este caso género negro y urbano– aparecen obras cuya calidad literaria está por encima de la media. Esta novela es una de ellas. El Gato es un delincuente que se ha hecho demasiado famoso. Vive en una ciudad de suburbios y rascacielos, inmerso en un mundo en extinción, de desigualdades, donde la vida no vale nada y en la que la gente está acostumbrada a encontrar su propia suerte. Muchos años después de su desaparición y de que su nombre se haya convertido en una leyenda, un colega, que formó parte de su banda, recordará aquellas calles llenas de jeringuillas, yonquis, papelinas y atracadores, y todos los momentos que compartieron antes de que la policía decidiera poner precio a sus cabezas. Con un lenguaje extraído de la marginalidad y la cultura popular de los años ochenta y noventa, la novela desgrana la historia de este personaje marginal en una urbe y en un tiempo indefinidos dando como resultado una obra dura e intensa que satisfará al lector más exigente.