El estudio de la argumentación tiene una tradición que se remonta a la antigüedad griega. Aunque en principio el poder persuasivo y el ideal de prueba concluyente se presentaban como objetivos complementarios que respondían a un ideal racional del discurso, a lo largo de la historia estos objetivos se han considerado asociados a tareas distintas e incluso incompatibles, y su fundamentación ha sido paralela si no divergente. En este libro, a partir de ejemplos de medios periodísticos, se hace una exposición y análisis crítico de varias formas de argumentar en la prensa, eligiendo diferentes formatos: cartas al director, informaciones científicas y basadas en estadísticas, artículos de opinión y críticas literarias.