La vida no había sido fácil para Adela; inseguridades, pasadita de peso, con un exmarido cubano tomádole el pelo... Hasta que conoció al guapísimo Juan, y le hizo ver lo apatecibles que resultaban todas sus carnes y lo bellísima que era... Sin embargo parace que el destino la ha tomado con ella y cuando Juan desaparece, irremediablemente, de su vida, Adela se convierte en Santa Valentina, una emparejadora profesional empeñada en que todos sus amigos, lo quieran ellos o no, se enamoren. Lo único que no entra en sus cálculos es cierto misterioso violinista que consigue ponerle la carne de gallina y plantearse si realmente solo existe una media naranja para cada uno.