¿Por qué es nuestro universo precisamente como es? ¿Qué significado tiene el hombre en las inimaginables extensiones del cosmos? Tales preguntas se las plantea posiblemente todo aquel que se ocupa de las estrellas, las galaxias y la arquitectura del universo. La cosmología, como apenas ninguna otra parte de la física, da lugar a preguntas filosóficas. Seguramente es esta relevancia de cara a obtener una imagen del mundo la que proporciona a la cosmología una notable atención más allá de los estrechos círculos de especialistas, y la que ha conducido a una abundancia de libros de divulgación. ¿Y cómo se relaciona la cosmología física con la filosofía? ¿Cómo hay que interpretar los modelos cosmológicos de nuestro tiempo? ¿Como descripciones del universo, o más bien como ficciones útiles? ¿Poseen las leyes del universo rasgos peculiares que requieren una explicación? ¿Qué explicaciones cabe ofrecer?