El Anteproyecto de Ley de Servicios y Colegios Profesionales, que no pudo culminar su tramitación en la X Legislatura pese a llegar a la antesala del Consejo de Ministros, constituye una iniciativa llamada, más pronto que tarde, a transformar radicalmente el sector, aplicando un cambio de modelo que la Ley ómnibus, en el marco de la transposición de la Directiva de Servicios, se limitó a preparar. El presente estudio incorpora un análisis tanto de la reforma ya ejecutada, como de la proyectada y presta especial atención a la planta de colegios obligatorios propuesto por el prelegislador, el modelo dual de colegios profesionales, obligatorios y voluntarios, por el que se apuesta con las consecuencias de todo orden que se siguen de la conversión en voluntarios de colegios antes obligatorios -un error en mi opinión, que aún está a tiempo de rectificarse, si como alternativa a los colegios voluntarios se opta por las asociaciones profesionales-, el impacto de las determinaciones territoriales, que pretende rediseñar el mapa de los colegios entronizando la libertad de elección del colegio territorial de adscripción obligatoria, la propuesta de un régimen de supervisión administrativa trufado de injerencia y desconfianza hacia las corporaciones, que han disfrutado hasta la fecha de una autonomía conciliada con controles de legalidad reglados, o con parecidas finalidades, el nuevo esquema económico y de financiación, además de la propuesta de las potestades normativas y disciplinarias.